La crisis de la economía en España ha provocado que muchos empresarios tengan que realizar cambios en sus estrategias de venta para poder seguir adelante. Una de las principales tendencias para colocar la producción ha sido exportarla a nuevos lugares. El sector vitivinícola en los últimos años ha visto incrementadas sus exportaciones de forma imparable, si bien es cierto que las características de lo exportado están variando.
Tradicionalmente la cantidad de vino exportada superaba al de su valor monetario, algo que ha ido variando y en la actualidad el panorama es el inverso: cada vez se exporta menos cantidad pero a un mayor precio. Esto se debe a que para poder competir en el extranjero hay que cambiar el modelo de negocio y basarlo no tanto en la reducción de costes como sí en la diferenciación del producto vía una calidad superior.
Para que nuestra experiencia exportadora sea un éxito, a continuación se expondrán cinco factores determinantes que se han de tener en cuenta a la hora de acceder a nuevos mercados:
1. En primer lugar es importante realizar un estudio de la situación general del país de destino. Es de capital importancia conocer la situación económica del mismo, las características socio-demográficas de la población y las perspectivas de negocio en el futuro. En este apartado debemos contemplar cuestiones, tales como, el idioma oficial del país así como las diferentes lenguas cooficiales si existieran, el poder adquisitivo de los consumidores, el ritmo de crecimiento de la economía, etc.
2. Después debemos conocer las características del sector vinícola del país de destino. Aspectos críticos a tener en cuenta son las características específicas del sector, así como la organización del mismo. Por ejemplo, en este punto sería interesante estudiar si en el sector existen múltiples bodegas con pequeñas cuotas de mercado o si por el contrario está controlado por unas pocas, conocer los posibles competidores internacionales, la estructura de la cadena de distribución, etc.
3. Debido a las características específicas de las bebidas alcohólicas, dentro de las que se enmarca el vino, debemos estudiar este factor jurídico-legal de una forma mucho más exhaustiva. Es fundamental conocer la legislación tanto del país de origen como el de destino en cuanto a exportaciones de bebidas espirituosas porque cada país suele tener una normativa muy diversa. Un análisis pormenorizado sobre los documentos exigidos en aduanas, el empaquetado y embalaje de los envíos así como su peso y la legislación en cuanto a etiquetado, entre otros, es algo crítico que debemos realizar si queremos tener éxito.
4. Mención aparte debe hacerse de la cultura empresarial del país de destino.Es fundamental conocer la forma que tienen de hacer negocios en nuestro mercado objetivo. Lo que en unas sociedades está bien visto, en otras puede ser considerado un tema tabú, incluso una ofensa. En general, tener contactos previos y buena disposición por ambas partes suele ser de gran ayuda.
5. Por último, se deben “hacer las maletas” e ir a las principales ferias, especializadas en el sector del vino, que se celebren en el país para dar a conocer su producto.